Toc Toc
-¿Quién es?
Y entonces aparecí ante su puerta con una rosa blanca en la mano.
-¿Y eso?-pregunta.
-Pues que hoy en el tren he visto a una chica que aguantaba una igual y me quedé fascinado por su sonrisa.
-¿Y?
-Se me ocurrió que sería interesante regalarte a tí una, a ver si tenía el mismo efecto.
Entonces sus ojos sorprendidos brillaron, su cara enrojeció levemente y sus brazos se avalanzaron sobre mis hombros.
Qué egoísta. Ahora era yo el hombre más feliz de la tierra.
[Nacido, crecido y publicado en un viaje de tren. Así, sin más.]
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