jueves, febrero 12, 2009

Vuelta a casa, otra vez

Es la segunda vez que vuelvo a Galicia desde que me fui a Barcelona. Y, de nuevo, no ha cambiado absolutamente nada. Lo cierto es que es una sensación muy curiosa. El hecho de que [al llegar aquí, casi sin darte cuenta] han pasado varios meses y ni siquiera ha cambiado de rutina el hombre que se asoma por la ventana del edificio de en frente todos los días a cotillear.

Buscas los cambios por todas partes. En tu habitación, en tu antiguo instituto, en los lugares que frecuentabas... y entonces los encuentras en algunos de tus [antiguos, la más de las veces] amigos. Es así como se lo dices: creo que has cambiado. Y es así como te dicen: No. El que ha cambiado has sido tu.

Y es que, una vez más y en contra de lo que uno espera, los demás suelen tener una gran parte de razón cuando se les escucha. Cuanto menos, lógica. Porque, como dijo una vez el Che, yo también lo noto:

Yo ya no soy el mismo, al menos mi yo interior.

Y por cierto, que he visto muchas pancartas con el lema de la manifestación del otro día:

Eu, en Galicia e con quen me pete, en Galego. Ti, no que che saia dos collóns. Que xa estou farto de tanta trangallada.

2 comentarios:

Energeia dijo...

Pues a mí no me ha pasado eso, no me han dicho que he cambiado ni me siento cambiada. En algunas cosas sí, pero en esencia sigo siendo la de siempre.
Cambiar no es malo, siempre que el cambio sea para mejor ^^

Rubén Mato dijo...

Jajaja, claro que si! Si yo estoy la mar de a gusto. Pero me refiero a que es paradójico: Que sea yo el que piense que los demás han cambiado un poco, mientras soy yo el que lo ha hecho xDDDD