martes, febrero 17, 2009

Aprender y Enseñar

Ahora que empiezo mi segundo cuatrimeste en Periodismo, me doy cuenta de algo que ya sabía: La gran diferencia que hay de unos profesores a otros. Quien piense que aprobará la materia con la misma nota le enseñe quien le enseñe estará equivocado. Esto es así porque como dice el otro: "cada maestrillo tiene su librillo", y las más de las veces, para aprender (que no aprobar, aunque una cosa suela llevar a la otra) no importa tanto qué asignatura intentes aprender, si no qué "librillo" utiliza el "maestrillo".

Hay profesores ilusionados y desilusionados. Hay profesores jóvenes y hay profesores mayores. Hay profesores que saben y otros que no saben saber. Hay profesores que enseñan y no saben enseñar. Hay profesores que enseñan y no saben. Hay profesores que o enseñan, o aprenden. Hay profesores que aprenden enseñando y enseñan aprendiendo. Hay profesores que nunca aprenden. Hay profesores que nunca enseñan. Hay profesores que disfrutan enseñando, y otros, que enseñando también disfrutan. Hay maestros que son catedráticos, y hay profesores que son adjuntos. También hay maestros adjuntos y profesores catedráticos.

Y cada uno, ¡un librillo totalmente diferente! ¡Que Caos!, ¿verdad? Y sin embargo ¿Cual es el mejor y cual es el peor? ¡Es, de nuevo, totalmente gris, totalmente subjetivo! Si preguntas en una clase "quién es el mejor profesor" probablemente elegirán al que mejor les caiga y mejor comprendan. Y sin embargo, ¡la decisión nunca será unánime, nadie estará nunca de acuerdo!

Porque la mente de cada persona funciona de forma diferente, se puede aprender mejor si te enseñan de una forma que de otra. Conforme a tus esquemas mentales. Conforme a tu manera de ser. Pero no existe (al contrario que en la televisión y por ahora) un profesor a la carta, tenemos que conformarnos con lo que hay. Así que, ¿Cómo se soluciona el problema?

Viendo el punto positivo y negativo (conforme a tus esquemas mentales) del método de enseñanza del profesor, y una vez reconocido, intentar darle la vuelta a la tortilla sin salpicarse, pasando lo negativo a un bando positivo. ¿Esto como se hace? Averiguando qué es lo que el profesor busca que aprendas, e intentar comprenderlo. Y es que al verbo aprender le pongo yo muchos significados, y uno de ellos es conocer mínimamente el mapa mental de quien te enseña. No por aprobar "más", sino por aprender "mejor". Cada maestrillo tiene su librillo. Si realmente quieres comprender, échale a éste último un vistazo.


O eso opino yo. :S

1 comentarios:

Laura dijo...

Estoy bastante de acuerdo en lo que dices. ¡Cada maestrillo tiene su librillo! y bien cierto que es. Después de llevar años dando las mismas asignaturas (o casi) te das cuenta de que hay infinitas diferencias dependiendo quien te las explique. Está claro que, por ejemplo, si dominas mejor una asignatura que otra siempre te va a gustar más y vas a sacar más nota... sin embargo, un profesor cambia mucho el asunto. Habría que hacer una verdadera enciclopedia con los distintos profesores que hay. Y es normal. Unos nos gustan más que otros, unos dan mejores clases, a unos les agradamos más y a otros menos. ¿Qué esperamos? Son personas al igual que nosotros y ellos también tendrán sus preferencia sobre sus algunos, porque, aunque lo intenten, nunca son objetivos, una persona se deja mover por sus gustos quiera o no quiera. No sé si será igual en la universidad (hay menos trato con el alumnado según creo) pero esta claro que tipos de profesores hay mil y que una asignatura puede pasar de ser un tostón (por no decir algo peor) a ser verdaderamente interesante. Aún así como dices tú, siempre hay que intentar buscarle el lado positivo a las cosas ;) o al menos intentar pillarle el punto al profesor (si todos los profesores explicasen igual sería aburridísimo). Con unos aprenderás más, con otros menos pero siempre aprenderás cosas distintas ya que cada cual es diferente a su modo y puedes aprender, al menos, a como no se debería dar una clase xD

¡Un saludo!