viernes, enero 30, 2009

Muchas actitudes

Esta mañana he recibido un correo de un ciberamigo que tengo en República Dominicana. Era una de las míticas cadenas que normalmente suelo borrar de inmediato. Sin embargo, ver como asunto "Las razones del subdesarrollo" me llevó a abrirlo.

El mensaje adjuntaba un powerpoint. Básicamente, venía a sostener que las causas de que países como República Dominicana tengan un bajo desarrollo no eran las más comunmente pensadas: Ni la antigüedad del país, ni sus recursos naturales, ni su tamaño, ni tampoco la (in?)competencia de los líderes políticos importan para el autor.

La diferencia la encuentra en "la actitud de las personas, moldeada a lo largo de los años por la educación y la cultura." Seguidamente, enumera las siguientes actitudes que, para el, practican las sociedades desarrolladas:

1. La ética como principio básico. La integridad.
2. La responsabilidad.
3. El respeto por las leyes.
4. El respeto al derecho de los demás ciudadanos.
5. El amor por el trabajo.
6. El esfuerzo por el ahorro y la inversion.
7. El deseo de superación.
8. La puntualidad.

Uff, yo no sé que pensar. Es posible que estas sean unas máximas éticas en las que nos queremos reflejar. Hablando por el país en el que vivo (España), en la puntualidad no tenemos remedio, ni creo que la consideremos una máxima. Decir el "amor por el trabajo" también me parece un poco exagerado. ¿Somos realmente tan responsables y tenemos ese deseo de superación?

Sin embargo, yo creo que el mensaje es bueno. Las actitudes individuales llaman a las colectivas. Juntos podrían cambiar las cosas. Los grandes cambios en la historia se produjeron, si lo pensamos, por enfocar los asuntos de manera diferente a la tradicional.

Y es que al fin y al cabo las actitudes siempre marcan la diferencia. Mientras los Catalanes se muestran (en general) contentos y abiertos con su lengua, una gran mayoría de Gallegos prefiere no utilizarla.

No conozco demasiado bien la República Dominicana, y no me gusta hablar de lo que no sé. Pero creo que tiene mucho que mostrar al mundo. Así que desde aquí les doy ánimo y fuerza a esas personitas que intentan hacer de ella un país mejor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La puntualidad es un problema muy grave para mí, no soy impuntual a propósito, pero siempre me surge algo antes justo de salir...

Y con respecto a lo de la lengua gallega, hay que tener en cuenta que en Cataluña el catalán siempre recibió el apoyo de las clases burguesas e industriales, mientras que el gallego estuvo más vinculado al campesinado y completamente ajeno a las clases dirigentes (en Galicia, Iglesia e hidalguía) por lo que quizá la debilidad del gallego sea ésa, que aún no ha sido capaz de librarse de los estigmas de pobreza, marginalidad y clase baja.

Rubén Mato dijo...

Si, tienes toda la razón, sin embargo y a pesar de todo, el catalán también ha tenido su crisis moderna. Y fue precisamente la política lingüística (ahora ya un poco agresiva) de la Generalitat la que lo repuso entre, sobre todo, los jóvenes.

Yo creo que en Galicia nos escondemos un poco detrás de esa excusa de "siempre ha sido así". Se podría hacer más por la normalización (al menos desde el gobierno) de lo que ya se está haciendo.

Y, sin embargo, podría fracasar estrepitosamente. Porque, volviendo a la entrada, depende de la actitud que tengamos los gallegos frente a ese impulso que la lengua recupere una normalidad o no. En cualquier caso, el proceso llevaría muchos años. Sin embargo, en la constancia está el éxito.

No quiero tampoco que se me entenda mal. Símplemente me dan envidia, que quieres que te diga. El otro día fui a un instituto y vi a niños de 13/14 años hablando. Unos en catalán y otros en castellano, en la misma conversación. No hubo problemas, todos se entendían y nadie protestaba porque dos de elos hablaran catalán. Creo que hasta abrí la boca de la sorpresa que me llevé. En Coruña no tardarían dos segundos en mirar mal y, casi, crucificar, al que hablara gallego.

Y me remito a Obama: YES; WE CAN!

xD
(Gracias por comentar!!!)