lunes, septiembre 07, 2009

Zero


...Y, finalmente, el día había acabado.

Salió de la última reunión con la sensación de haber estado demasiado ausente. No porque se encontrara mal, ni porque los importantes asuntos que se acababan de tratar en el encuentro fueran incomprensibles para ella. Había algo que, de alguna forma... la bloqueaba. Algún asunto desconocido que le impedía pensar con claridad. Un sentimiento de pérdida. La sensación de haber dejado algo... a medias.

Mientras intentaba buscar ese problema para, Negritaasí, intentar resolverlo, decidió caminar.

El edificio estaba totalmente vacío. A su alcance, en el inmenso espacio en el que se encontraba, no podía ver a nadie. Caminó y caminó. A su paso, puertas, ventanas, luces apagadas y todo tipo de objetos decorativos formaban una bizarra exposición. Le faltaba algo imporante. El factor sin el cual un edificio no puede ser admirado: las personas.

No había... vida.

Siguió caminando. Al fondo del corredor había una puerta de cristal que dejaba entrever las verdes afueras. Allí seguro que se encontraría mejor. Caminó hacia ella. Cuanto más caminaba, más grande se le antojaba la puerta. Sin embargo, cuando llegó a ella...estaba cerrada.

***

Entonces, en la pantalla de su ordenador, aparecieron tres frases:

“Hay algo peor que no terminar un viaje, y es no empezarlo jamás”,
de Amir Klink;

“En algún sitio algo increíble espera ser descubierto”,
de Carl Sagan y

“Cada hombre tiene que inventar... su camino”,
de Jean Paul Sartre.

Las leyó con detenimiento. Su mente, cansada, no le dejaba pensar con claridad... Sin embargo, pudo llegar a dos conclusiónes:

La primera:
Como dijo Brzozowski: Qué dificil resulta querer pensar, trabajar (y amar) al mismo tiempo.

La segunda:

Hazlo: Empieza el camino, ¡No te arrepentirás!. Busca, no temas en encontrar la respuesta: ¿Qué... te hace infeliz?



1 comentarios:

Deuxippos dijo...

Me mola mucho este blog , pero publica algo mas a menudo jaja
Un abrazoo